23 de marzo de 2009

LOBOS COMO CORDEROS

Desde los hechos de violencia sucedidos en la entrada a la estancia de Joe Lewis, se pudieron leer -en diversos medios de comunicación- posturas contrapuestas, con respecto a la bondad o no del magnate. En una cadena de mail, que llamaba a movilizarse en apoyo a Lewis - el mismo día en que estaba organizado el escrache a favor de las costas libres- se expresaba: “Sabemos, por este hombre, que se puede ser rico y generoso, que se puede ser exitoso y solidario. Que se puede abrir las puertas de la casa para que muchos la visiten, la usen y las disfruten, sin distinción de condición ni de clase”.
Si analizamos estas frases, se pueden observar, por un lado, el agradecimiento al magnate por la oportunidad de que los dejen entrar a un territorio que es… de la población; Esto es similar a pedirle permiso, a un extranjero, para poder entrar en tu propia casa y, cuando este lo concede, estar agradecido por su bondad. Para defender a Lewis, asimismo se expone que “lago escondido da trabajo a cientos de personas”. Se puede deducir, por lo tanto, que los defensores de Lewis, para tener trabajo o por la posibilidad de obtenerlo, lo defienden relegando su derecho al libre tránsito por las costas.
Según lo expuesto en diversos medios, es evidente que la desesperación de algunos vecinos, de “El Bolsón”, por defender al inglés, se debe, además, a la vieja promesa del terrateniente, de construir un hospital y un aeropuerto para la localidad (que finalmente no se concretó). Surge de todo esto algunas obvias preguntas; ¿Por qué a El bolsón le falta un hospital?, ¿por qué le falta un aeropuerto? Las respuestas están al alcance de la mano de todo el que quiera tomarlas. Es por ineficacia y ausencia planificada del estado. Y he aquí el punto central de todo el problema: El gobierno provincial dejó que Lewis comprara tierras que, por ley no podía tener, y obtuvo, a cambio, favores como por ejemplo la construcción gratuita de onerosas estructuras. La presencia del intendente de “El Bolsón” en los hechos de violencia confirma la cuestionable relación entre el magnate proveedor y el estado encubridor. La actitud de Romera, sin embargo, no nos tendría que asombrar ya que, el intendente, tiene denuncias previas por la utilización de grupos de choque, para “correr” a algunos artesanos mediante golpes de puños y con palos.
Estos magnates, que tienen el poder suficiente como para realizar actos ilegales sin recibir penalizaciones por parte del estado, son como lobos disfrazados de corderos, que compran tierra por cientos de miles de hectáreas, y voluntades, a través de diversos tipos de dádivas. En fin, un modo perfeccionado de clientelismo. El apoyo de la población, a este adinerado inglés, comprueba, asimismo, la habilidad del lobo de disfraza de cordero, para hacerse pasar como un igual, como un “buen vecino”...y solo eso.
El caso de Lewis, sin embargo, no es el único de la provincia; la modificación de ciertas normas en la localidad de Bariloche para que se pueda ser llevado a cabo el proyecto “Dos Valles” –que consistía en la construcción de un barrio privado cerca del barrio Pilar I o la intención de cambiar la reglamentación que imposibilita la construcción de infraestructura por encima de la cota 900 –y de este modo poder construir el mega Hotel Hilton sobre un bosque nativo- son otros de los casos que comprueban que, cualquier magnate, a través de la repartición de dádivas (a la población o a los representantes políticos), puede obtener una “flexibilización de las leyes vigentes”. Se puede concluir, por lo tanto, que las leyes no están hechas para todos iguales, ya que hay “algunos más iguales que otros”.

(Lautaro Matias Taibo, Diario El Cordillerano, Martes 24 de Marzo de 2009)