24 de febrero de 2009

“Un día histórico”... en que el transporte de tracción a sangre tuvo que volver a Bariloche

En los últimos días, comenzó una nueva discusión sobre el precio al que tendría que estar el boleto del Transporte Urbano de Pasajeros y sobre los supuestos beneficios de la instauración del cospel como método de pago en las unidades. Las empresas 3 de Mayo y CODAO, prestadoras del servicio, argumentan que “los números no cierran por el transporte escolar y que en otros lados se contrata este tipo de transporte de forma exclusiva”. Por otro lado, el gremio UTA expuso que no quiere que los conductores de las unidades sigan con el sistema de corte de boleto para que no tengan que manejar dinero y evitar de este modo el riesgo de posibles asaltos. Sin embargo, es este mismo gremio el que no se opone a que el chofer de la unidad cobre $3 a los habitantes que no tienen cospel. Es intrigante esta postura debido a que los $3 son moneda de curso legal (llámese dinero), aunque si se tiene en cuenta que por perder el cospel se debe pagar $14 que van a parar a las grandes arcas de la empresa, el negocio da redondo.

Otro punto que llama la atención en toda esta intrincada trama es que, a pesar de que el municipio consideró que los quioscos y locales habilitados [para la recarga] deberían ser no menos de 50, y de que el intendente afirmó que las empresas no estaban a la altura de la situación, fue él mismo el que autorizó el cambio de método de pago cuando cada empresa cuenta con sólo 5 bocas de recarga de cospeles para satisfacer las necesidades del 1.000.000 de pasajeros que viaja por mes (Pero eso no es importante en un gobierno en el cual la planificación y la búsqueda del bienestar de la población sólo es preocupación de “unos pocos loquitos”). Por otro lado, las empresas, sabiendo que deben pagar una comisión de alrededor del 5% a los locales habilitados para la recarga, pide nuevos aumentos del boleto para traspasar -ese costo- al pasajero. El incremento para el bolsillo del usuario podría llevar el actual boleto mínimo de $1,60 a no menos de $1,80 para pagar ese 5%. La cruda realidad haría que la población se enfureciera con los dirigentes, entonces recurren al chivo expiatorio más utilizado de los últimos tiempos: ¿la culpa es del transporte de estudiantes que genera pérdida! Exponen orgullosos.En la ciudad de Buenos Aires, los colectiveros no tienen contacto con la plata sino que hay maquinas en las que se inserta el dinero y de las cuales sale el boleto. Sin embargo, para que este sistema se implemente en Bariloche, es necesaria una inversión por parte de la empresa. Como todos sabemos, cuando se pone como prioridad la ganancia del empresario, el pueblo pierde y en este caso es el que pone la plata. Como si esto fuera poco, según estimaciones de la empresa CODAO, se necesitaría aumentar entre 8 y 13 centavos para cubrir el costo del transporte escolar. Sin embargo, el aumento solicitado, como se evidencia al realizar una sencilla cuenta, es de 20 centavos.
Para agudizar el absurdo, Ricardo Salvatierra (de CODAO), explicó que la fórmula del aumento en el boleto general para subsidiar a los escolares “seguiría un criterio de Justicia Social”. Y continúa “esta sería una señal muy fuerte de compromiso con la educación y Bariloche sería la primera ciudad en hacer un gesto de esta naturaleza considero”. El presidente de la 3 de Mayo remataba el comentario ironizando, en relación a la posibilidad del establecimiento de un paro por tiempo indeterminado, que “si la UNTER nos da una mano estamos salvados”. Entonces ¿quieren justicia social para apoyar a los estudiantes pero rezan para que inicie un paro que perjudica a esos estudiantes y que simboliza la respuesta de los docentes ante reclamos insatisfechos? Preocupación por la educación... si claro.

Aunque hace varios años la tarjeta recargable está disponible para los usuarios y convive con el boleto de papel vendido a bordo (que de hecho costaba 10% más); Aun así, uno de cada cuatro pasajeros empleaba el sistema prepago. Aunque los empresarios y el mismo intendente de Bariloche se hacen los desentendidos, esto es porque muchos sectores de la sociedad están en la imposibilidad de pagar grandes sumas por adelantado para cargar varios pasajes. Esto habla de un evidente fracaso del cospel como único sistema de pago. Para ocultar esta realidad aumentan el pasaje vendido a bordo hasta un monto imposible de pagar ($3) para la mayoría de los usuarios del servicio, haciendo que estos no puedan viajar, y reduciendo -de este modo- los porcentajes de personas que viajan sin cospel (y en ultima instancia, que viajan a secas).

El presidente de la empresa 3 de Mayo expuso (en una nota publicada en el cordillerano el 17/02) que “sobre 38 mil o 40 mil pasajeros que transportan diariamente, el número de pasajeros bajó en 1500”. Dal Pozzo considero, además que “se quedan sin stock de cospeles y está viajando menos gente porque eligen caminar los días lindos o bien porque utilizan otro medio de transporte”. También argumentó que este fenómeno [justo] se da en las líneas que van a los barrios (¿que casualidad no?). Se puede conjeturar entonces o que las 1500 personas se compraron auto todas al mismo tiempo o que se quedaron sin la posibilidad de transportarse quedando excluidos del sistema. En referencia al tema del cambio de sistema de pago, Cascón expuso recientemente que “será un día histórico para el T.U.P.” (Muy inspirador, no se porque me hizo recordar al ex ministro de economía Domingo Cavallo hablando de los supuestos “beneficios de privatizar las instituciones estatales”).

Lo innegable de este proceso es que, desde que comenzó el nuevo régimen de transporte, más gente quedó excluida del sistema, por lo que, al no poder utilizar los medios de transporte convencionales (por los altos costos de la recarga del cospel y el costo en sí del pasaje) tendrán que comenzar a buscar nuevas formas de transporte. Y tal vez, reaparezca el transporte a tracción a sangre en Bariloche, uno de los únicos medios baratos y efectivos para transportar a los habitantes de menores recursos de nuestra localidad.

(Lautaro Matias Taibo, Diario El Cordillerano, Sábado 21 de Febrero de 2009)

11 de febrero de 2009

La Shoáh Palestina

1.350 personas asesinadas y alrededor de 5500 heridas -de las cuales 400 son niños y el resto es, en su mayoría, población civil- es el saldo de la operación “Plomo fundido” que puso en marcha el gobierno de Israel y cuyos objetivos militares fueron, en su mayoría establecimientos civiles palestinos. Escuelas, universidades, mezquitas, hospitales, centros de refugiados, depósitos de alimentos, complejos de departamentos, comisarías y tres escuelas que la ONU tiene en la “Franja de Gaza” -en las que se habían refugiado miles de palestinos que en su mayoría eran mujeres y niños- se encuentran entre las instalaciones que fueron atacadas, desde tierra, mar y aire, con el armamento más moderno del mundo.
Paralelamente, Israel continuó manteniendo el férreo bloqueo que impuso sobre la región, en colaboración con el gobierno de Egipto, y que comenzó cuando HAMAS ganó las elecciones derrotando a Al Fatah -que era la organización política por la que apostaban Estados Unidos, la Unión Europea y el gobierno de Tel Aviv-. Ese asedio redujo a apenas un 20% el ingreso de combustibles, medicinas y alimentos manteniendo a la población civil de Palestina “al borde de la inanición” (según expusieron funcionarios de la ONU) y convirtiendo a ese territorio en una gigantesca jaula a cielo abierto –refuerza la analogía la existencia de gigantescos muros de concreto construidos por Israel, en la Franja de Gaza, para mantener encerrada a la población-.
Si ejercitamos la memoria, recordaremos que, este genocidio se produjo luego de que Israel lanzara un ataque sobre Gaza el 4 de Diciembre de 2008, rompiendo el tratado de cese al fuego pactado, en Egipto, entre el gobierno de HAMAS (Palestina) y el gobierno de Tel Aviv (Israel) y que debía durar hasta el 19 de Diciembre de ese año.
La operación “Plomo Fundido” estaba planeada hace 6 meses y forma parte de una estrategia más extensa del gobierno israelí. Detrás de todo este asunto se encuentra el hecho de que, en ese país, ayer se celebraron elecciones y las encuestas habían mostrado que los candidatos que apoyaran la continuidad de la masacre del pueblo vecino, ganarían popularidad -“Construyen campañas políticas sobre cadáveres de niños” era una de las consignas coreadas en una de las marchas por la paz realizadas en Israel-
Algunos dirigentes del judaísmo ultra-ortodoxos, pensando en las elecciones, expresaron que la meta de Israel debía ser “lograr la constitución de Eretz Yisrael Zalema (el gran Israel)” - término que denota la necesidad de extender las fronteras de Israel en toda la “tierra prometida”-. El plan consistiría, por lo tanto, en utilizar la máxima violencia para eliminar toda posibilidad de que se constituya un estado palestino autónomo, exterminar todo movimiento de resistencia y confinar a la población palestina en dos grandes guetos: GAZA y Cisjordania (fuente diario israelí Yediot Ahronot). Para alcanzar esta meta, es necesario, además, continuar construyendo el otro muro que se está levantando en Cisjordania.
Esta “Shoáh Palestina” (holocausto palestino) sólo tendrá posibilidades de ser detenido si HAMAS y Al Fatah -las dos organizaciones político-religiosas más importantes de Palestina que gobiernan la Franja de Gaza y Cisjordania respectivamente- dejan sus diferencias de lado para sentarse con una posición unificada y sólida a una mesa de negociación con Israel. Este anhelo, evidentemente, no es fácil de realizar debido a las grandes diferencias que existen entre ambas organizaciones que llegaron a enfrentamientos armados luego de la victoria electoral de HAMAS en 2006.
El accionar de Israel, por otro lado, es improbable que cambie luego de las elecciones, puesto que la victoria de cualquiera de los dos candidatos favoritos -Tzipi Livni o Benjamín Netanyahu- no hará más que profundizar la masacre ya que ambos pregonaron la necesidad de continuar con la mano dura contra el pueblo que eligió votar a HAMAS.
Enfatizar la condena de la comunidad internacional –frente al genocidio palestino- no solamente a través de la ONU (que demostró ser un organismo ineficaz) sino también por medio de otros organismos como ser UNASUR, OEA y OPEP, entre otros, es otra acción necesaria ya que servirá, por un lado, para debilitar las relaciones con el gobierno israelita mientras continúe con las agresiones y, por el otro, para fortalecer la memoria colectiva para que los holocaustos no sean olvidados por la humanidad y no queden impunes los culpables. En relación a esta masacre, es interesante recordar un comunicado emitido por intelectuales judíos de gran bretaña, en relación al conflicto, en el que exponían “Cuando vemos los muertos y los ensangrentados cuerpos de niños pequeños, los cortes de agua, de electricidad y de comida, recordamos el asedio del Ghetto de Varsovia”.

(Lautaro Matias Taibo, Diario El Cordillerano, Miércoles 11 de Febrero 2009)

9 de febrero de 2009

Presidencialismo o parlamentarismo, el falso dilema (Parte 2)

En un artículo anterior (del 18/12/08 publicado en este diario), planteé mi postura con respecto a la errónea antinomia presidencialismo o parlamentarismo esbozada por varios intelectuales que siguen creyendo que los problemas por los que atraviesa la Argentina se deben principalmente -sino exclusivamente- a debilidades institucionales. Expuse que estos intelectuales consideran que una de las soluciones consiste en cambiar del sistema presidencialista, en el que vivimos, -donde predomina el poder ejecutivo sobre los otros dos- a uno parlamentarista -en el cual la preeminencia de poder está en el parlamento- Esta argumentación, sostenía en la nota, resurge y es utilizada por la oposición al gobierno de Cristina Fernández para intentar traspasar el poder de uno a otro sistema ya que, luego del conflicto con la patronal agraria, les conviene que las decisiones se tomen en parlamento por una cuestión de correlación de fuerzas políticas.
El parlamentarismo, sin embargo, no constituye ninguna solución para la población; esta dicotomía, en realidad es funcional a las elites conservadoras que no están dispuestas a dar respuestas a (y menos discutir sobre) problemáticas sociales y económicas que atraviesa nuestro país, ya que la visión institucionalista, habla de instituciones y sólo de eso. Basta traer a colación el conflicto en Grecia en Diciembre de 2008 para entender que el cambio a un sistema parlamentario no resolvería ninguno de nuestros problemas; Ese país cuenta con un sistema republicano parlamentario y, sin embargo, se produjo un levantamiento popular -que tuvo como punto de inicio un caso de gatillo fácil de un policía contra un chico de 15 años. Este hecho, sin embargo, se dio en una coyuntura particular: El descontento social por los planes de ajuste económico y por los escándalos de corrupción en el gobierno, el malestar de los jóvenes -que son los que sufren la tasa de desempleo más alta de la Unión Europea (22,9 según Eurostat)- y su falta de expectativas, la crisis internacional que golpea a los trabajadores, la deficiencia del sistema universitario –que implica un gasto para el estado tan pequeño que figura entre los más bajos de los 30 países mas desarrollados del mundo-, los niveles de pobreza que consideran exorbitantes (8,3%), la alta tasa de desempleo, los bajos salarios, la conformación de un estado policial (por el excesivo control que se ejerce sobre la parte de la población más vulnerable) y la formación de barrios pobres donde predomina la droga son algunos de los factores más importantes.

Al analizar esta serie de problemas nos damos cuenta de que nosotros estamos peor; Nos pisan cada vez más y más fuerte, y sin embargo, no reaccionamos (o no lo hacemos a escala griega). Y es que un gran porcentaje de la población adoptó muchos de los supuestos neoliberales. Dos décadas de implementación de estas políticas (que inician con la dictadura militar) donde, a medida que aumentaba la pobreza, la indigencia y la desocupación, la propaganda oficial nos convencía de que había que desconfiar de nuestro vecino, de los beneficios del sálvese quien pueda, o de que el ciudadano era el centro de la sociedad –convirtiendo al pueblo en una mera suma de individuos aislados-, crearon el ámbito propicio para romper los lazos de solidaridad que terminaron por hacer que un gran porcentaje de la población no se interese por los padecimientos de la mayoría, que era pobre.La respuesta consiste en entender que problemas como la pobreza, la indigencia, la desocupación, la falta de viviendas dignas, la desnutrición -que afecta principalmente a los niños-, la falta de cobertura médica para gran parte de la población, entre otros, no se resuelven solamente realizando cambios institucionales o estéticos, sino que se necesitan transformaciones socioeconómicos y culturales a gran escala. ¿Qué pasará si la población argentina se movilizara -como lo hizo la griega- frente a cada caso de gatillo fácil? ¿Qué sucedería si el pueblo se uniera contra sus representantes, en cualquier nivel del estado, cuando estos tomaran medidas de ajuste económicas, que crearan desempleo, pobreza, indigencia o cuando se incumplieran los derechos más básicos como son el tener una vivienda digna? Algunos tendrían miedo por el predominio de movilizaciones, paros, huelgas, etcétera… Yo, en cambio, considero que a la unidad de la población no hay que temerle, creo que si el pueblo se movilizara masiva y constantemente, no para “cuidar cada uno de su kiosquito”, sino para solidarizarse con los padecimientos del más desprotegido, las cosas comenzarían a cambiar…



(Lautaro Matias Taibo, Diario El Cordillerano, Sábado 7 de Enero 2009)