4 de octubre de 2009

No se llegó a un acuerdo en la cumbre UNASUR

En la cumbre de UNASUR, que se realizó en el Hotel Llao Llao -en la ciudad de Bariloche-, se expresaron las distintas posturas con respecto a la iniciativa de instalar -al menos- siete bases militares norteamericanas en territorio colombiano. Antes de entrar a la reunión, el presidente colombiano Álvaro Uribe expuso -ante cientos de periodistas de la prensa internacional- lo que luego pasaría a ser la base de su argumentación en el debate entre los mandatarios. En la declaración expresó que, el acuerdo firmado con el presidente Norteamericano, (…) es un paso en la dirección correcta para que Colombia pueda superar definitivamente el narcotráfico y el terrorismo que ha asesinado a millones de colombianos, y que constituyen una amenaza para todo el continente”
El mandatario latinoamericano además explicó que “es bien importante que se examine el tema del suministro de armas al terrorismo. Los estados tienen la responsabilidad de investigar la provisión de armas al terrorismo (…). Es bueno que se examine la necesidad de que todos los estados, eficazmente, cumplan con las obligaciones de Naciones Unidas para no permitir que los terroristas se alberguen en sus territorios”.
Una vez dentro de la reunión, el mandatario colombiano tomó la palabra y declaró “Hemos tenido acuerdos para trabajar conjuntamente contra la delincuencia en la zona de frontera. El mismo dejo de aplicarse por decisión unilateral de la república de Venezuela en el año 2001 (…). Colombia, que ha sufrido inmensamente el flagelo del narcoterrorismo, recibe exclamaciones de pésame, pero pocas veces recibe una colaboración práctica y eficaz”. Frente a este panorama, el presidente intentó hacer aparece, a la propuesta norteamericana, como una puerta que se abrió, para que el país latinoamericano pueda terminar con el narcoterrorismo.
En los últimos años, Colombia pasó de una extensión de 5.000 hectáreas de plantaciones -destinadas a la producción de la materia prima para producir droga- a 400.000 hectáreas. Uribe consideró que “los 42.000 km. de zona liberada, durante los gobiernos que lo precedieron, solo sirvieron para que las FARC amplíen sus plantaciones de coca”. Tal como lo habían predicho algunos analistas internacionales (principalmente Pedro Brieger), Uribe cambió el eje de la discusión y propuso enfáticamente la necesidad de que las F.A.R.C. sean consideradas Grupos Terroristas. Fundamentó su postura mostrando foto de cadáveres de personas asesinadas por esas fuerzas armadas.
Cabe destacar que, una vez que se denomina como terrorista a algún grupo armado, a los estados se les abre un amplio abanico de posibilidades para atacarlo. Esta estrategia tiene sus antecedentes más palpables en la invasión de Irak y Afganistán, por parte de Estados Unidos, que argumentó la ocupación del territorio árabe, alrededor de los ejes del ataque preventivo y lucha contra el terrorismo –ambos conceptos compartidos por Uribe-. Finalmente, El presidente Colombiano planteo que la problemática del terrorismo se amplia en la región debido a que “algunos estados permite que los terroristas se alberguen en sus territorios”.
Momentos después, el mandatario Venezolano Hugo Chávez pidió la palabra para mostrar un documento denominado “Estrategia Sudamericana de Lucha contra el Narcotráfico” que exponía las posibles estrategias que el Comando Sur, de los Estados Unidos, podría implementar en la región. Las mismas tenían como finalidad, no solamente la posibilidad de utilizar la base militar para combatir al terrorismo sino también para operaciones de “traslado”. Más adelante, el documento explicitaba que, desde las bases militares, se podría controlar toda Latinoamérica con excepción de la región del Cabo de Hornos, al sur de la Argentina y de Chile. Además, el hecho de que el documento defina una estrategia de ruta para los aviones de combate tanto en el atlántico como en el pacífico, hizo que los presidentes sudamericanos duden de las verdaderas razones por las cuales Estados Unidos está intentando establecer bases con su personal militar en Colombia.
Por su parte, Correa detalló el accionar de su país en contra de la guerrilla y planteó la necesidad de buscar una solución al problema de la guerrilla y los grupos paramilitares. El presidente Ecuatoriano destacó que “el problema es de Colombia” y los costos del conflicto lo está pagando no solamente ese país, sino también, todos sus vecinos. “no busque enemigos donde no los hay” fustigó finalmente.
Evo Morales se mostró indignado por el rumbo que estaba llevando la discusión. Expuso que “en Latinoamérica no podría haber integración mientras no haya justicia social y exista imperialismo en América Latina”. Pidió expresamente que se firme un “documento que reiteré el dicho de Uribe (quien había expuesto tiempo antes que no había bases militares en Colombia)”. “Mas allá de cual sea el formato del documento firmemos un párrafo en el que todos afirmemos nuestra posición de rechazar las bases de potencias extranjeras en Latinoamérica” enfatizó finalmente Evo.
La posición unificada de países que integran el ALBA como son Ecuador, Bolivia y Venezuela no logró cambiar de actitud del mandatario Colombiano quien, luego del receso que se realizó en la cumbre, decidió retirarse, participando de la foto de familia (foto que se toma con todos los presidentes), solo por el pedido explícito de la presidente Cristina Fernandez. Finalmente se logró uno de los objetivos, que era evitar la ruptura de UNASUR, pero no se logró llegar a acuerdos concretos con respecto al problema de las bases.

(Lautaro Matias Taibo, Diario El Cordillerano, Sábado 29 de Agosto de 2009)

Preparativos y expectativa en la Cumbre de la UNASUR

En el marco de la UNASUR, 12 presidentes latinoamericanos se reunirán en una Cumbre en el Hotel Llao Llao para discutir y establecer acciones a seguir frente al acuerdo firmadoentre los mandatarios Álvaro Uribe y Barack Obama para la instalación de siete bases militares norteamericanas en Colombia. Ese país sudamericano, se encuentra dividido por la lucha entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y grupos paramilitares de ultraderecha que tienen estrechas relaciones con el narcotráfico. La población, mientras tanto, es rehén de la falta de políticas tendientes a disminuir el grado de violencia para, de este modo, fortalecer la democracia.
Bajo la excusa de la lucha contra el narcotráfico, Estados Unidos continúa militarizando, las regiones del mundo que desea controlar, para luego debilitar a los gobiernos de la zona, que no admiten la imposición de medidas de índole económica o política desde Norteamérica. Luego de la llegada de Obama al gobierno, lo que para algunos pareció un cambio de rumbo tanto político como económico y social, terminó siendo una continuidad de la política exterior llevada a cabo por George W. Bush. Mientras las organizaciones sociales y partidos políticos de la región realizan marchas y reuniones para demostrar su repudio a las bases militares norteamericanas en Latinoamérica, en apoyo a la UNASUR y a favor de la restitución del presidente Manuel Zelaya en el gobierno de Honduras, los presidentes latinoamericanos se preparan para tomar las decisiones que terminarán definiendo un desenlace pacífico o violento en todo el Cono Sur.
Para asegurar la integridad física de los presidentes, se está llevando a cabo un impresionante operativo de de seguridad. Al respecto, Nestor Rodriguez -secretario de prensa de la Policía Federal Argentina- explicó que “El servicio de seguridad está integrado por todas las fuerzas federales y a cargo de la Policía Federal Argentina. Tenemos comando unificado instalado en el hotel Llao Llao, que se ocupan cada uno de su sector específico, en los anillos de seguridad correspondiente. La policía federal tiene a su cargo lo que es la seguridad edilicia y a su vez de los traslados de los mandatarios; en el segundo anillo tenemos a la gendarmería nacional, en el tercero a policía de la provincia de Río Negro y la seguridad en los lagos está a cargo de la prefectura naval argentina. En el aeropuerto la seguridad está a cargo de la policía aeroportuaria y de la vigilancia aérea que es realizada por la fuerza aérea argentina con aviones (algunos de ellos son cazas bombarderos) y radarización. Esta todo el servicio bien implementado con la experiencia que hemos recogido de la IV cumbre de las Américas, que se realizó en Mar del Plata. Más de 1.100 efectivos están afectados al operativo de seguridad establecido en Bariloche y en particular en el hotel Llao Llao”.
El intendente Marcelo Cascón, por otro lado expuso que “Existe una gran expectativa ya que, Bariloche, está siendo visto por todo el mundo en estas horas en las que vamos a tener a estos 12 presidentes -incluyendo a nuestra presidenta de la nación-. Desde lo institucional es trascendente porque “Una vez más Bariloche ha sido elegida para este tipo de encuentros -de esta magnitud internacional y de esta magnitud institucional-, y desde lo promocional Bariloche está siendo posicionado en todo el mundo por unas pocas horas. Ninguna campaña promocional hubiese promocionado tan bien a Bariloche en tan poco tiempo” Asimismo, en relación a las refacciones que se están llevando a cabo en algunos puntos de la ciudad, el intendente expresó “Hay muchas cosas que quedaron por hacer, la verdad es que tuvimos muy poco tiempo. En apenas 10 días tuvimos que hacer algunas tareas que, además, habitualmente no se hacen en invierno. Encima no tocó un clima realmente complejo, así que se nos dificultó bastante la situación (…) pero nos habrán visto, ayer en cuanto asomó un poquito el sol tratando de poder cubrir un poco la situación, tratando de ordenar fundamentalmente los accesos a la ciudad (…) para estar a la altura de lo que esta cumbre significa.
El gobernados Miguel Saiz, en acuerdo con lo expuesto por el intendente de Bariloche expresó “Vemos la cumbre con mucha expectativa (…) Surgió esta reunión de UNASUR y la presidenta en seguida tomo la decisión de que la ciudad de San Carlos de Bariloche y la provincia de Río Negro sean las anfitrionas de este evento. Más allá de la reunión, no hay que olvidar que la belleza de Bariloche, va a estar durante 24 o 36 horas en todos los medios internacionales”. Esto, se espera que beneficie a la ciudad cordillerana que encontró en el mes de Julio una reducción de la cantidad de turistas por la crisis internacional.

(Lautaro Matias Taibo, Diario El Cordillerano, Viernes 28 de Agosto de 2009)

Cumbre de UNASUR: Guerra o Paz

Entrevista a Luis Bilbao

Una tensión generada por el intento de Uribe de implantar bases militares norteamericanas en suelo colombiano para controlar a los pueblos y recursos latinoamericanos

El acuerdo realizado, entre los gobierno de Álvaro Uribe y Barack Obama, para la instalación de bases militares estadounidenses en territorio colombiano, desató la polémica en la última reunión de la UNASUR -realizada en la ciudad de Quito, el pasado 10 de Agosto-. Cuando el acto de conmemoración del bicentenario de la “Revolución de Quito” se estaba dando por terminado, el presidente de Venezuela Hugo Chávez expuso que Venezuela se sentía amenazada porque el gobierno de Colombia -que defiende la tesis del ataque preventivo (y cuyos ejemplos más paradigmáticos son los ataques llevados a cabo por EEUU a Irak y Afganistán para intentar hacerse de los recursos y del control de la región)- había aprobado la instalación de bases militares, de Estados Unidos, en su territorio.
Los ataques llevados a cabo por el gobierno de Álvaro Uribe al territorio Ecuatoriano en Marzo de 2008 son prueba suficiente de hasta donde está dispuesto a llegar el gobierno Norteamericano- en connivencia con el gobierno colombiano- para lograr sus objetivos en la región. El intento de implantación de bases militares de EEUU se dan en un complicado contexto internacional signado por la crisis del sistema a nivel mundial, el golpe militar que derrocó al presidente electo Manuel Zelaya e hizo añicos el sistema democrático Hondureño y la ruptura de relaciones diplomáticas entre Argentina y el gobierno de facto de Honduras, todo esto en un período donde, la conmemoración de los bicentenarios de las revoluciones libertadoras, parece llamar a muchos presidentes de Latino América a buscar la integración de los pueblos latinoamericanos tan anhelada por próceres como San Martín y Bolívar.
El periodista y escritor Argentino Luís Bilbao, en una entrevista realizada por FM Bariloche, resaltó que “hay una profundísima crisis del sistema general a nivel mundial, con epicentro en los países mas poderosos del mundo, y esa crisis está y provocando efectos de distinta naturaleza (…). Lo que corresponde es hacer un esfuerzo por comprender cada parte del desarrollo de esa crisis en el marco de la crisis general porque sino no entendemos cual sería la razón de Estados Unidos para poner siete bases militares en Colombia”.
El escritor asimismo remarcó que “EE.UU. tiene 5.423 bases militares en todo el mundo de las cuales 4.500 están en su propio territorio. En estos momentos, en las bases militares del territorio estadounidense, se están conformando cuerpos especiales de choque para enfrentar a su propia población. ¿Por qué? Porque hay una crisis económica desde el año pasado, que ya tuvo como consecuencia 6,5 millones de nuevos desocupados en Estados Unidos. Lo que estamos viendo aquí son las primeras manifestaciones de los efectos de esa crisis y la respuesta que cada gobierno está dando frente a eso”.
En las antípodas de la visión que tiene como eje el control de la población y la represión los que “quedan fuera del sistema”, se encuentra la visión del ALBA (Alianza Bolivariana para los pueblos de nuestra América) que está integrada por nueve países de los cuales sus mayores exponentes son Venezuela, Bolivia, Cuba, Ecuador y Nicaragua. Bilbao reconoce en el proyecto político, social y económico que plantea esta alianza “una respuesta de carácter solidario que intenta quedar por fuera del ámbito de gravitación de la moneda dólar (…). La respuesta del ALBA es una respuesta frontal, a la crisis del capitalismo mundial”.
El golpe de Honduras significó un evento más dentro de una serie de sucesos que viene realizando, el gobierno de Estados Unidos, para evitar el surgimiento de gobiernos con una fuerte vocación social, para debilitar al ALBA y para desestabilizar a la región en general. El intento de golpe de estado en Venezuela en el 2002, la invasión de Colombia al territorio Ecuatoriano en -Marzo de 2008-, el levantamiento de fuerzas mercenarias que realizaron las masacres de Pando en Bolivia -en Septiembre de 2008-, el intento de asesinato de Evo Morales –en Abril de 2009- y la implantación de las siete bases militares en un lugar estratégico de Sudamérica son algunos de los hechos más importantes realizados por fundaciones, organizaciones y/o sectores que responden a los intereses del gobierno norteamericano y que cuentan con fuertes vínculos con la CIA.
Al respecto, Bilbao señalaría que “Hay que recordar que dentro del ALBA estaba Honduras (…) y es por eso que se hace el golpe -porque Honduras es el eslabón más débil de esa Alianza-. Cuando se da un paso como es el instalar bases de Estados Unidos en Colombia, en realidad lo que está haciendo es apuntar -como en el golpe de Honduras- al ALBA en su conjunto y a la figura de su miembro más importante, que es Venezuela (…). Estados Unidos intenta frenar la unidad latinoamericana como lo hizo hace dos siglos. Y la manera que está buscando, es justamente promover la guerra lisa y llanamente”. El objetivo político de la instalación de las bases consiste en “obligar a Venezuela a romper con Colombia”. Cabe recordar que las bases militares están muy cerca de la frontera con Venezuela y con Ecuador. El objetivo de Estados Unidos según Bilbao sería “controlar los mercados que se le escapan de las manos, necesita impedir la integración de Latino América, y está autorizando a algunas de las oligarquías regionales que todavía le responden abiertamente (…) y, entonces han provocado esta situación”.
Frente a la decisión las bases militares, podemos encontrar tres grandes ejes de respuesta desde los países de América del Sur. Bilbao expondría, al respecto, que en la reunión de UNASUR que se realizó en Quito “tuvimos (por un lado) a los países del ALBA claramente exigiendo que se planteara una denuncia, a la instalación de bases estadounidenses en Colombia. Otros países, naturalmente, apoyaron esa instalación, particularmente (…) Colombia y Perú. Y después hubo un par de países entre los cuales se destacó Brasil, Argentina, y Chile, que tomaron una posición (…) centrista, en el sentido de (…) que no están de acuerdo con las bases militares pero tampoco quisieron denunciarlas. La reunión que se va a hacer en Bariloche es resultado de esto. De una vacilación, de una posición firme y de una posición claramente alineada con EEUU. Estos tres grandes bloques no pudieron ponerse de acuerdo”.
En este sentido, el encuentro de los presidentes de América del Sur en Bariloche, el próximo 28 de Agosto, buscará servir como herramienta para encontrar soluciones y fijar posiciones en torno a la posible implantación de bases militares en puntos clave para el control de América Latina y el Caribe. A pesar de toda la expectativa puesta en la cumbre, Bilbao considera que en la reunión “no puede haber un saldo positivo (…) a menos que tomemos como saldo positivo que se postergue cualquier forma de agravamiento de la situación. Eso sería positivo, pero Uribe (…) ha dicho que no viene a negociar absolutamente nada y, desde luego, los países afectados tampoco pueden negociar porque no pueden aceptar que esas bases estén allí”.
Una de las posturas principales que marcarán el rumbo que seguirá el conflicto, será la del presidente de Brasil Lula Da Silva, quien -aunque jugó un papel central en la conformación de UNASUR y en la convergencia de los países sudamericanos- ahora, con el estallido de la crisis, ha adoptado una actitud ambivalente. Esto se debe según Bilbao a que “desde que asumió su primer gobierno fue cambiando drásticamente los lineamiento generales sobre los que se había planteado la fundación del “Partido de los Trabajadores” poniendo la suerte de su partido bajo los intereses de la burguesía industrial de San Pablo, y esto, lo ha obligado a ser un gobierno sumamente contradictorio (…). Ahora se ve con toda claridad que esa contradicción no se puede sostener (…). Las clases dominantes de Brasil tienen intereses sumamente contradictorios: por un lado necesitan más que nunca la unión sudamericana, y por otro lado, no pueden despegarse y confrontar (…) a Estados Unidos.
El diálogo mantenido entre Barack Obama y Lula Da Silva el sábado pasado, en el cual el mandatario norteamericano expresó su deseo de trabajar de modo constructivo con Brasil y otros países del hemisferio para ayudar a “fortalecer la democracia y la seguridad” –entre otras cosas-, no hace más que recordar los argumentos que utilizó George W. Bush para realizar las incursiones en los países árabes. Por otro lado, la ratificación, por parte de Obama, del compromiso de “mantener las relaciones con la región” así como las pretensión de “reforzar la alianza con Brasil”, “conversar sobre asuntos bilaterales” y “encontrarse en la próxima reunión del G-20”, -expresadas en este clima de tensión- no hace más que evidenciar una burda estrategia que tiene como objetivo, endulzar los oídos del presidente brasilero mediante el ofrecimiento de beneficios para su país.
Sin embargo, las siete bases militares implican un serio riesgo para la seguridad nacional de Brasil. Bilbao, al respecto argumentaría que “Las bases militares están instaladas en la frontera con Venezuela y Ecuador pero también con Brasil; están muy cerca de la frontera amazónica. Desde el punto de vista de su auto defensa, y particularmente de la defensa de la amazonia, que es el pulmón del planeta y una presa muy codiciada, no puede admitir tranquilamente que esas bases queden instaladas allí. Pero, al mismo tiempo, está haciendo un juego como para, por ejemplo, permitir que se haga esta reunión”.
Queda en claro el planteo de Bilbao cuando expresa, finalmente, que “lo que está en juego aquí es la guerra o la paz y esto es lo que debieran escribir incluso las personas que tienen opiniones ideológicas o políticas completamente contrarias a la mía. Los que no acuerdan ideológicamente conmigo tienen que tener un punto de acuerdo y es que no pueden (…) querer la guerra. No pueden estar tan locos”. Lo que está en juego, en el continente, es la continuidad de la paz y de la integración latinoamericana.

(Lautaro Matias Taibo, Diario El Cordillerano, Domingo 23 de Agosto de 2009)