24 de octubre de 2008

Holocausto en nuestra América Morena

Hace 516 años, la América morena, la América India, la América mestiza, la Abya Ayala, nuestra América, sufría una invasión que daría comienzo a un largo y sangriento proceso de saqueo, tortura, esclavitud y muerte. 90 millones de indígenas fue el saldo de asesinados en los primeros 150 años de ocupación, convirtiéndose –esta ofensiva- en el más grande genocidio de la historia de la humanidad. Sin embargo, actualmente, el 12 de Octubre es celebrado en la gran mayoría de los países de América y Europa por considerar, a dicha fecha, como “el descubrimiento de América”, el “día de la raza”, o un símbolo de “la colonización, la civilización, la culturización, y la evangelización”. Pero ¿Cómo se logró formar este imaginario social? ¿Cómo se pudo ocultar el mayor holocausto de la historia detrás de estas denominaciones cuasi fantásticas?
La imposición cultural y el sometimiento de la población fueron las herramientas esenciales para implementar una historia llena de mentiras y omisiones acordes a lo que las metrópolis necesitaban. La llegada de inmigrantes y la instauración de un sistema de enseñanza -que fomentaba el olvido- fue crucial para construir la ficción. La construcción de esta “memoria social”, además, fue afianzada con la implementación de marcas imaginarias (Se tildó al indígena de incivilizado, bárbaro, carente de alma, u otro tipo de denominación con el fin de crear un “otro” al que se debía temer, dominar y/o asesinar) y materiales en sitios públicos (la estatua de Roca en el Centro Cívico de Bariloche es el ejemplo perfecto). Fomentaron además la creación de prácticas y símbolos (La implementación, desde hace 91 años, del 12 de octubre como un día festivo es por excelencia el símbolo de la impunidad). En este sentido, el análisis de la invasión -realizado con categorías europeas- constituyó el escenario ideal para llevar a cabo la pantomima del “descubrimiento”.
Es fundamental recordar que los indios no eran pobres sino que los pauperizaron mediante su expulsión hacia zonas desérticas e inhabitadas a medida que se extendía la frontera de los nuevos estados. Actualmente, los terratenientes -aprovechando la indiferencia de los gobiernos y de los jueces- continúan tomando territorios indígenas frente a los ojos de una población que fue educada en base a los ideales sarmientianos -que establecía conceptos civilizatorios muy cuestionables-. Algunos sectores de América, sin embargo, todavía siguen pensando en Europa como la meca de la civilización, como el modelo a seguir, rechazando -por lo tanto- la creación de un modelo americano o latinoamericano que incluya la compleja realidad cultural y social, y que tenga en cuenta las tradiciones milenarias de los indígenas. No entienden que cualquier estudio de la historia americana debe ser enmarcado en un contexto de dominación y empobrecimiento de la población que continua en nuestros días bajo nuevas formas.
La historia, sin embargo, se reconstruye constantemente y es esto lo que proporciona -a los pueblos latinoamericanos- la posibilidad de realizar un revisionismo histórico que sea crítico, serio, y basado en conceptos Americanos. En algunas regiones, el inicio de esta recuperación histórica sirvió para construir nuevas interpretaciones que fortalecieron una ideología contraria a la dominante –o contrahegemonía (para utilizar categorías gramscianas)- que propone instituir el 12 de Octubre como el “Día de la resistencia” o el 11 de Octubre como “el último día de la libertad americana”. El revisionismo histórico pone cada vez más en evidencia el accionar de las potencias mundiales que, para seguir siendo ricas y poderosas, someten a otros países del mundo y les roban sus recursos. El racismo y la discriminación hacia las comunidades indígenas constituyen dos de sus mejores armas. La división de la población mediante la generación de preconceptos e imaginarios falsos es, por excelencia, la mejor táctica para asegurar la continuidad de una hegemonía dominante que justifica el exterminio indígena. Frente a esta situación, la unidad en la diversidad aparece como la mejor opción para poder construir un sistema inclusivo que beneficie al pueblo en su conjunto. El plan consiste, esencialmente, en pelear por la defensa de la soberanía de los recursos naturales para evitar la continuidad del saqueo y solidarizarse con las luchas del “otro”. A través de estos procesos, nos daremos cuenta que el “otro” en realidad es un “nosotros”.

(Lic. Taibo Lautaro, Diario El Cordillerano, 21 de Octubre de 2008)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Creo que tu solucion: "Frente a esta situación, la unidad en la diversidad aparece como la mejor opción para poder construir un sistema inclusivo que beneficie al pueblo en su conjunto" es clara, toda la poblacion de America latina se tiene que unir bajo el mismo ideal porque la union crea fuerza.
Nehuen.